Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuando juzgamos a niños que agreden a sus parejas o a niñas que pegan e insultan a sus padres (principalmente, a la madre) suelen contestar que lo hacen porque las víctimas les «calientan». Y, claro, al ‘sheriff’ o la ‘sheriff’ de la casa no se les puede importunar. Pues buenos son ellos. O no entienden que no es no, o nunca les han dicho que no, y se creen con derecho a hacer lo que les da la gana. Y si alguien les lleva la contraria, o ni siquiera eso, se «calientan» y pasa la que pasa. La culpa es de los demás, que les calientan. Cuando me salen con eso suelo decirles que procuren que yo me mantenga templado, que hagan todo lo posible para que no me caliente…, jurídicamente hablando, claro. Y lo normal es que se queden fríos.