Buenas, soy Emilio Calatayud. No es mi intención amargaros la tarde del sábado o el fin de semana entero, pero creo que es necesario hablar de todo. En este sentido, tengo claro que hay una pregunta que todos los padres nos deberíamos hacer al menos una vez en la vida y es esta: ¿Y si nuestro hijo fuera un criminal? Es una pregunta, pero en realidad son muchas: ¿Qué haríamos? ¿Como reaccionaríamos si nos dijeran que había matado a alguien, por ponernos en lo peor? ¿Seguiríamos queriéndolo o lo aborreceríamos?
Lo digo porque, a lo largo de mi vida profesional, he visto cometer hechos terribles a menores de todas las clases sociales: chavales de ámbitos marginales, pero también de familias acomodadas y medias. Nadie está libre que su hijo sea víctima de un crimen, pero tampoco de que sea un criminal. Afortunadamente, no es probable, pero es posible,