El Ayuntamiento de Barcelona quiere que los niños recuperen la calle. Porque las calles ni fueron de Fraga -aunque el siempre negó que lo dijera- ni son de los independentistas catalanes: las calles deben ser de los niños. Total, que el consistorio tiene previsto -a ver si lo cumple- retirar los carteles que prohíben jugar al balón en las plazas y las calles de la ciudad.
Como digo siempre, vamos a dejarnos de tanta extraescolar y que los niños vuelvan a la calle a jugar a la pelota, al escondite, a la cuerda o a policías y ladrones… Que les oigamos reír y gritar -hasta una hora prudente, claro-. Que vuelvan a la casa con las rodillas raspadas.
La calle es suya.