Buenas, soy Emilio Calatayud. La buena noticia es que el maltrato de hijos a padres parece que ya está saliendo de las catacumbas del silencio y el tabú, y la mala es que no dejan de llegar casos a los juzgados. Todas las semanas juzgamos y condenamos a niños que pegan y/o insultan a sus padres. Cuando eso ocurre, siempre lo digo, la solución es denunciar al hijo. No podemos permitir que conviertan la casa y la convivencia familiar en un infierno.
A todos los maltratadores que pasan por mi juzgado les hago leer el artículo 155 del Código Civil: “Los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre. Los hijos deben contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella”. Algunos de ellos ponen cara de sorpresa: les alucina que la ley pueda decir algo así. En esos casos les pregunto: «¿Tú crees que el deber de echar una mano en casa incluye levantarle la mano a tus padres?» «¿Tú crees que el deber de respetar a tus padres incluye insultarlos? Pues ahora vas a aprender que estás confundido».
Es lo que pasa cuando a los niños se les cuentan los derechos y no los deberes, que no saben ni que existen.