Buenas, soy Emilio Calatayud. Todo está cambiando aceleradamente. También las familias. Ya no existe un solo tipo de familia. Y a veces nos encontramos con situaciones como esta: «El hijo de mi nuevo marido y mi hija se han enamorado, ¿y ahora qué?». Eso digo yo, ¿y ahora qué? Porque no tengo una respuesta. Pero es igual no hace falta una respuesta. Ha pasado y ya está. A mí, que soy un señor preconstitucional de formación, se me hace un poco raro, pero, en principio, no hay nada que oponer a una relación de ese tipo.
En ocasiones, también me pregunto: ¿Qué tipo de vínculo hay entre la hija o el hijo de una mujer divorciada que se vuelve a casar y el nuevo marido? ¿Es el hombre un guardador de hecho de la niña o algo más? Aunque igual no es nada. ¿Habría que regular cuestiones como estas o dejarlo estar? Yo no lo sé, la verdad.