Buenas, soy Emilio Calatayud. Hoy vamos tarde. Hace un tiempo, cuando la anorexia dio la cara y cientos de familias tuvieron que enfrentarse al estallido de ese problema, en los juzgados de Menores llegamos a recomendar a los padres que denunciaran a sus hijas para poder tratarlas. Suena duro, pero muchas veces no había otra salida. Los padres denunciaban a sus hijas por maltrato y podríamos recluirlas para que se sometieran a tratamiento psicológico sí o sí.
Lo recuerdo para que nadie se tome a la ligera los cambios de conducta de los adolescentes en temas alimentarios. Detrás de una niña o un niño que quieren ser veganos se puede ocultar un trastorno alimentario. Me dirán que soy un anticuado, un retrógrado, etc, pero si consigo que esa niña o ese niño salgan de esa espiral daré por buenas todas las críticas. Todos tenemos una responsabilidad y la mía es contar lo que veo en los juzgados.