Buenas, soy Emilio Calatayud. No es un secreto para nadie que la paternidad y la maternidad son cada vez más tardías. No es difícil encontrar a parejas que se deciden a tener familia en los umbrales de los cuarenta años o más. Es el sino de los tiempos. Sueldos mínimos, trabajos precarios, imposibilidad de conciliar… En esas circunstancias, no hay quien se atreva a tener hijos. Esto deberían mirarlo en el ‘Pacto de Toledo’…
El caso es que esperar para tener los hijos, también tiene consecuencias. «Los padres somos cada vez más mayores y no tenemos energías para poner límites a los niños», me suelen decir. Lo entiendo y os ‘compadezco’. Si ya es difícil lidiar con un estudiante de ESO cuando se tienen 30 años, con 40 o 50 debe ser como subir al Everest con tormenta.
Lo único que se me ocurre es que no tenéis que casaros para tener niños de inmediato. Yo de eso de los niños me enteré después de casarme. Antes éramos así de pardillos.
Fuera de bromas: los padres mayores que sean creyentes, que recen, y los que no, que invoquen a las energías positivas. A ver si por ahí os escapáis…