Buenas, soy Emilio Calatayud. Se veía venir. La red social Facebook ha tenido una fuga de datos y alguien se ha lucrado comerciando con usted y conmigo, que para los magnates de las nuevas tecnologías somos como los pepinos o los espárragos trigueros: mercancías que se venden al mejor postor. A esto hemos llegado. La intimidad ha muerto para convertirse en una moneda. Señores dee Facebook, no somos patatas ni ladrillos, somos personas.
Lo que sí ha quedado claro es que el dinero corrompe hasta a los que pasan por ser los más listos, los genios del nuevo mundo.
Puede que estemos asistiendo al principio del fin de las redes sociales y lo que vendrá será, seguramente, un regreso a la intimidad, porque los humanos no tenemos término medio. Creo que todo el dinero que han ganado los de las redes sociales van a tener que gastarlo en indemnizaciones.
No pasa nada, si desaparecen las redes sociales, nosotros seguiremos dando la tabarra con nuestro modesto blog, que es como poner una ‘vespino’ al lado de un jet, ja, ja, ja.
Por cierto, entendemos que no hay contradicción en estar en una red social y criticarla. Y el que se pique, ajos come.