Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Como buen manchego, el juez tiene genes de don Quijote (también de Sancho). A lo largo de su vida, se ha enfrentado a todo tipo de gigantes. Y, a diferencia del ingenioso hidalgo, los gigantes a los que ha acometido don Emilio no eran molinos de viento, sino colosos de verdad. Viene a cuento esta introducción de las advertencias que lanzó el juez en la Escuela de Padres de IDEAL dedicada a la seguridad de los menores en Internet. En este sentido, se refirió a las grandes empresas tecnológicas como «monstruos que tienen más poder que los gobiernos». Por eso, agregó, todo lo que hagan los gobiernos y otras instituciones para que esas compañías pongan límites y ayuden a proteger a los menores no va a ser útil. Don Emilio, metido esta vez en el papel de Sancho, expresó su escepticismo con meridiana claridad: «¿Para qué sirve que Europa diga que va a limitar la edad para usar Internet? ‘Pa ná’. ¿Para qué sirve lo que diga la ONU?: ‘Pa ná'», dijo en referencia a la entrada en vigor, el próximo 25 de mayo, de una ley europea que pide a las empresas de Internet, Facebook, Google, etc, que pongan los medios «razonables» para que los menores de catorce o 16 años, según lo que decida cada país de la Unión Europea, no puedan acceder a las redes sociales, etc.
Para don Emilio, que hace ocho años intentó sentar en el banquillo a Google y no pudo hacerlo porque se escondía detrás de una maraña de sedes, delegaciones etc, lo único efectivo sería obligar a estas compañías a que tengan representantes legales «de la empresa matriz» en cada país y así poder meterles mano.
Mientras tanto, seguirán pagando los «niños y los padres» y las empresas a lo suyo, «a hacer dinero, que es lo único que les importa».