Buenas, soy Emilio Calatayud. El otro día, una madre me contó que su hijo estaba teniendo malas notas, pero que es una persona excelente. Y añadió que no es que lo dijera ella, es que lo decía todo el mundo. También los profesores. «Llegó a casa -me contó la madre- y me comentó casi con alegría: ‘Mamá, he suspendido seis, pero la maestra dice que soy muy buena persona’. ¿Qué hago don Emilio, porque me sabe mal reñirle?». Pues lo primero es alegrarse de tener un hijo que es una buena persona, porque eso es lo principal. La vida son dos días y hay que procurar pasar por ella dejando una buena huella. Lo cual no quiere decir que no estudie. Los niños tienen que tener la enseñanza básica como mínimo (que por eso se llama básica, y, además, es obligatoria). Pero como digo siempre, no todos tienen que ser ingenieros espaciales. Al final, si son buena gente, acaban encontrando su hueco. En esta sociedad, lo que más falta hace son buenas personas. Nunca les va a faltar trabajo.