Un padre muy digno: motero, guardia civil y padre adoptivo de un joven con una gran discapacidad (y también motero)

 

 


FOTO: ALFREDO AGUILAR

Buenas, soy Emilio Calatayud. Hay días que estás cabreado y te topas con alguien que te devuelve la confianza en el ser humano. A mí me ocurrió hace poco en Manzanares, en Ciudad Real. Estaba en un bar tomando un café y llegó un grupo grande de moteros haciendo ruido. Poco después, uno de ellos se acercó a mí y me preguntó: «Usted es don Emilio, ¿no?». Le contesté que sí y él me dijo que si no me importaba hacerme una foto con él y su hijo. Respondí que encantado. Su hijo, también motero, era una joven con una gran discapacidad -más del 90%- que se movía con mucha dificultad. Me emocioné. El chico era muy cariñoso. Estaba contento porque me retraté con él, pero más contento estaba yo. Su padre, un hombretón vestido de cuero, era guardia civil y había adoptado al muchacho. Todos los moteros cuidaban de él. Eran una gran familia.

Hace poco comentamos el caso de un padre que quería heredar los bienes de su discapacitado pese a que en vida nunca hizo nada por él. El Tribunal Supremo rechazó la petición del hombre y sentenció que era un padre «indigno».

El otro día me encontré con un padre muy digno en Manzanares.

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