Buenas, soy Emilio Calatayud. Conviene recordar de cuando en cuando, porque es justo y es verdad, que si los jueces de Menores podemos dictar condenas relacionadas con la naturaleza del delito cometido -ir a un hospital a acompañar a accidentados por conducir si permiso, por ejemplo- es gracias a todos vosotros, gracias a la sociedad. Son numerosas las instituciones públicas, asociaciones y oenegés que colaboran con nosotros para que podamos imponer medidas educativas a los chicos que juzgamos y condenados -mandamos niños a comedores sociales, a limpiar calles, etc-.
Esto, como es natural, es más fácil en las grandes poblaciones. En las pequeñas, precisamente por serlo, no hay tanta oferta, pero como lo ideal es que los chavales cumplan la medida en su pueblo, pues se hace lo que se puede. En este sentido. cuando vemos que hay chavales de pueblos que necesitan meditar o reflexionar, los mandamos al mejor sitio que existe para eso: el cementerio. Y para alejar la tentación de que se aburran, los condenamos a limpiar el camposanto.