Buenas, soy Emilio Calatayud. En España estamos en nuestro enésimo momento delicado. No ganamos para sustos. La corrupción vuelve a ocupar los titulares. Os diré una cosa al respecto: los niños cometen todos los delitos imaginables e inimaginables, salvo el de corrupción. Otra razón por la que me gusta tanto la justicia de Menores. No, en los banquillos de nuestros juzgados nunca se sientan corruptos (por ahora, cualquiera sabe qué pasará en el futuro). Eso se debe a que los menores no están maleados por la política. Y con esto no quiero decir que la política sea mala. La hacemos mala nosotros, que es distinto.
Igual, si nunca dejásemos de ser niños, no existirá la corrupción. Ahí lo dejo.