Buenas, soy Emilio Calatayud. Varias decenas de chavales de toda España que están encerrados por distintos delitos -en la expedición también van chicos acogidos en el sistema de protección- han sido ‘condenados’ a hacer el Camino de Santiago. Empiezan mañana y la iniciativa se debe al tesón y la implicación de mi compañera Reyes Martel, magistrada del Juzgado de Menores 1 de las Palmas de Gran Canaria, que incluso ha llegado a crear una asociación para fomentar este tipo de iniciativas: se llama UP2UP.

En España trabajamos algo más de 50 jueces de Menores y todos tienen el mismo talante y disposición que Reyes. Siempre lo digo, yo salgo en los medios porque he caído en gracia, pero mis compañeros, aunque no se sepa, también dictan a diario ‘sentencias ejemplares’ y aplican ‘castigos’ divinos como este de hacer el Camino de Santiago. Divino porque, para los católicos como yo, tiene un fondo religioso,  pero para los que no lo son, también es divino, porque ese término también quiere decir ‘excelente’ o ‘maravilloso’.

Aquí os dejo una reflexión de Reyes Martel que resume la iniciativa mejor que todo lo que yo pueda decir. «Condenar a un menor es muy duro porque son niños fruto de una mala educación basada en una falta de valores, a los que apenas se les exige nada y, sin embargo, lo tienen todo. Estamos educando a chavales muy débiles que difícilmente pueden hacer frente a situaciones muy complicadas de la vida».