Buenas, soy Emilio Calatayud. Acabó de regresar de Villamayor de Calatrava (provincia de Ciudad Real, mi tierra natal), un pueblo de solo 600 habitantes que tiene la sana costumbre de premiar a sus mejores estudiantes de Bachillerato. Este año han reconocido a siete adolescentes, cinco niñas y dos niños, alguno de los cuales tenía una nota media de diez. Para mí ha sido un honor participar en un acto tan bonito y tan educativo, y que es el momento más especial de la Semana Cultural del pueblo. Gracias a todos los vecinos de Villamayor y a sus representantes municipales por haber querido contar conmigo en una fiesta para celebrar el esfuerzo y el estudio. No todo van a ser botellones. Ojalá otros pueblos copiaran el modelo de Villamayor.
Además, la buena gente de Villamayor ha acordado nombrarme ‘Miguero del Año’ y me ha entregado un cucharón para que nunca me olvide de ese título. El cucharón lo voy a colocar en mi despacho para presumir.
El acto, como no podía ser de otra forma, ha estado acompañado de una degustación de migas manchegas con su panceta, su torrezno, etc.
Villamayor, como su propio nombre indica, es un gran pueblo.