Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. El pasado verano pusimos en marcha una iniciativa para recordar que existe el correo tradicional y os pedimos que nos mandaseis postales con mensajes de aliento para los niños encerrados por haber delinquido. No hemos vencido ‘al Internet’, ni lo pretendíamos, pero el balance ha sido bonito. Así que hemos contado la historia en el periódico IDEAL. Aquí os dejamos un fragmento del reportaje y el enlace para quien lo quiera leer completo. Es solo un resumen de vuestros mensajes. Por cierto, todavía siguen llegando postales. La última viene e Camboya y dice así: «La educación es la llave para abrir la puerta de oro de la libertad». Así es. Ahora vamos a hacerle llegar las postales a sus verdaderos destinatarios: los niños encerrados.
Este es el reportaje. Gracias de nuevo.
«Los ‘selfies’ y los mensajes no han logrado matar a la correspondencia tradicional, la de letra escrita a mano, papel y sellos. Quizá esté agonizando, pero todavía hay personas que echan un vistazo a su buzón para ver si alguien -que no sea un banco o una compañía de lo que sea- les ha enviado una carta o una postal, dos métodos para comunicarse que antaño no tenían rival y hogaño están en franca decadencia.
Pero aún hay quien espera postales y cartas. Emilio Calatayud, titular del Juzgado de Menores 1 de Granada, conoce a alguno de esos nostálgicos que no se resignan a la defunción del correo. No son marcianos, existen. Se llaman Sabino, Pedro, Eloísa… El propio Calatayud, aunque también ha caído en la red de las redes, valga la redundancia, echa de menos aquellas tarjetas que solían arrancar con la siguiente fórmula de cortesía: «Espero que al recibo de la presente estéis bien, nosotros lo estamos pasando de miedo», etc.
Ahora, en cambio, todo son mecánicos ‘me gustas’, ‘autofotografías’, caritas sonrientes o cabreadas… Las llamadas nuevas tecnologías de la comunicación han arrasado a las tradicionales. Harto de esa situación, el magistrado utilizó su blog para darle un nostálgico empujón a la caligrafía y los carteros. Es decir, que utilizó las armas del ‘enemigo’ para dar una modesta batalla por el pasado. «Me ha dado por pensar que ya casi nadie envía postales. ¡Qué pena! Ya solo llegan selfies de esos a través del ‘guasap’. Pero si ya estoy harto de verte la cara hijo-hija-hermano-hermana, amigo-amiga, etc ¿’pa’ qué me envías fotos en las que solo se te ve a ti… Yo quiero postales. De esas que empezaban así: ‘Estamos en Zaragoza, ya hemos visto a la Virgen del Pilar…’ Por supuesto, la imagen de la postal era de la Basílica del Pilar. Lo difícil es encontrar un buzón para echarlas, pero haberlos, haylos… Hay que patear, pero así veis las ciudad de que se trate al completo», explicó el jurista en www.granadablogs.com/juezcalatayud/, el sitio de Internet en el que deja a diario sus reflexiones y desahogos.
Así las cosas, Calatayud lanzó la siguiente petición al ciberespacio: «Si alguien quiere enviar una postal para animar a los niños que están encerrados por haber vulnerado la ley podéis enviarlas al Juzgado de Menores 1, calle Marqués de la Ensenada, 18004, Granada».
En unas pocas semanas, el despacho del magistrado quedó tapizado de tarjetas llegadas desde muchos puntos de España y del extranjero, caso del país del sol naciente: «Os escribo desde Japón, país fascinante y lleno de contrastes. He disfrutado de sus paisajes y de sus monumentos, pero lo que va a quedar en mí como un tatuaje son sus gentes. Me han demostrado que con bondad, perseverancia y educación se llega muy lejos».
En resumen, que el cartero llamó decenas de veces».
Y aquí os dejamos el enlace a ideal.es:
https://www.ideal.es/granada/cartero-llamo-decenas-20181109235532-ntvo.html