Buenas, soy Emilio Calatayud. Me comentan unas amigas maestras de la ESO que tienen un problema gordo con una buena parte de sus alumnos. Y el problema no es que los niños no sepan leer, escribir o hablar, el problema es que no saben callarse. Dicen las ‘profes’ que se pasan media hora intentando que guarden silencio para arrancar la clase, pero que no hay manera. Así que el tiempo se les va en eso en la ESO, valga la redundancia: en charlar como tertulianos de la ‘tele’. ¡Qué daño están haciendo las tertulias a la juventud!

Dicen mis amigas que ya se parecen al Rey emérito, todo el rato diciendo eso de «¿Por qué no te callas?». Como sea un fenómeno generalizado, pronto tendremos que empezar a condenar a los niños a callarse. También puede funcionar aquel poema de Neruda que decía y dice: «Me gustas cuando callas porque estás como ausente…»