Buenas, soy Emilio Calatayud. Entre tanto ruido político, me cuenta Carlos una historia divertida y entrañable que demuestra que los niños son niños, pero no son tontos. Una mujer, con buen criterio, le enseña a su pequeñina de cuatro años que si algún día se pone mala debe llamar al 112, ya sabéis, el teléfono de emergencias. El caso es que se debió producir alguna confusión en la cabecita de la pequeña, o igual no, lo cierto es que unos días después la madre le dijo: «Te has portado mal y te tengo que castigar». Respuesta de la niña: «Mami, si me castigas, llamo al 112». Ja, ja, ja. Es genial. Cuando por fin consiguieron recuperarse del ataque de risa, volvieron a empezar y me consta que la niña ya tiene claro que debe llamar al 112 cuando su madre esté mala y no cuando le castiguen a ella por ser mala, ja, ja, ja.
Benditos sean los niños por alegrarnos los días.