Buenas, soy Emilio Calatayud. Se ha perdido una vida joven que estaba empezando a ejercer una profesión maravillosa: enseñar. ¡Qué pena!. La terrible muerte de Laura es de esas noticias que te dejan helado, aunque tengas una profesión como la mía, un oficio en el que, a veces, se ven cosas que nunca deberían ocurrir. Solo podemos dar nuestro pésame a su familia y a todos los que la querían. También a sus alumnos, aunque apenas han tenido tiempo de conocerla.
Y ahora dejemos trabajar a las fuerzas de seguridad y a la justicia.