Buenas, soy Emilio Calatayud. Lo primero es lo primero: Feliz Navidad. Y ahora el aguafiestas, un papel feo, pero que alguien tiene que interpretar. A mí no me importa hacerlo. La Navidad, en la que celebramos el nacimiento de Jesús (como decíamos ayer), no es que se haya convertido en un botellón: es ya un macrobotellón que se sabe que empieza el día 23 de diciembre y no se sabe cuándo acaba. La Nochebuena, que era una fiesta única en el amplio sentido de la expresión, ya se ha dividido, como mínimo, en tres fiestas, a saber: Pre-nochebuena, que se celebra el día antes; tardebuena, que es la tarde (noche y hasta madrugada) del día 24; y Nochebuena. Y luego están las secuelas: Navidad, Pre-nochevieja, etc.
El hilo conductor de todos esos nuevos festejos es el alcohol. Se nos está yendo la pinza. Es lo que pensamos los aguafiestas. Que la resaca nos sea leve.
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