Buenas, soy Emilio Calatayud. Todo el mundo que ha pasado por un quirófano (que es prácticamente todo el mundo) sabe la incertidumbre que sufren los que se quedan fuera y el susto que, por lo general, acompaña al paciente hasta que te sedan. Y si el enfermo es un niño, pues todo se acentúa: el susto y la incertidumbre. Pues bien, algunos centros hospitalarios privados y públicos de España han puesto en marcha un sistema para que los chiquillos (y sus padres) no se lleven tan mal rato: ir hasta el quirófano en un cochecito. Sencillo y bonito. He visto los vídeos y las fotos y me he puesto de buen humor. Igual copiamos el sistema para que los niños que vamos a juzgar entren más tranquilos en la sala de vistas, ja, ja, ja.