Buenas, soy Emilio Calatayud. Hemos recibido desde Chile cientos de corazones y estrellas con mensajes de aliento para mis ‘choricillos’, para los niños que tenemos encerrados por haber quebrantado la ley. Los autores de esas obras maestras son niños también, niños que no tienen nada material pero que lo tienen todo porque se tienen a sí mismos. Pero mejor que nos lo cuente una de sus ‘profes’, la navarrica Amaya Alberdi. «El Colegio Marista La Pintana – Marcelino Champagnat, en Santiago de Chile, está en una comuna que fue poblada durante la dictadura de Pinochet, allá se llevaron a los desheredados, a los pobres… actores secundarios. Habitan casas de 35 metros cuadrados sin los servicios básicos, alejados de todo tipo de transporte… Ahí aflora lo mejor: resilencia, lucha, esfuerzo y lo peor: narcotráfico, la pasta base y las balaceras (tiroteos)… Mi colegio es un paraíso dentro de ese desierto de oportunidades. Es un colegio técnico-profesional (administración, construcciones metálicas…) Si consiguen llegar al final salen con un título profesional. Aunque con orgullo debo decir que cada vez está más inoculado el bicho de la superación y muchos de ellos llegan a la Universidad. Mis chicos para mí son mis héroes, siempre les digo que cuando sea grande quiero ser como ellos, una valiente».
Por favor, padres y maestros, leed esta historia a vuestros hijos y alumnos. Y si os apetece, nos contáis qué les ha parecido.
Y muchas gracias a los niños de quinto y octavo de enseñanza básica del Colegio Marista La Pintana – Marcelino Champagnat por su arte y su bondad. Nos quedamos con este mensaje como resumen de los cientos que nos han enviado: «Cambia tu odio por amor».