Hace unos días, me tocó de compañero de vagón en el AVE un joven, muy probablemente, menor de edad, que se pegó todo el viaje viendo porno en el móvil. Y luego nos extraña que haya manadas. Solo hace falta pulsar un botoncito del móvil para acceder a toda la producción mundial, pasada y presente, de películas pornográficas. Y el porno no es la realidad. Chavales: Igual que Superman no vuela, lo que pasa en las películas porno es ficción, no es real.
Pero como hay niños que tienen móviles con conexión a internet desde los diez o los once años, pues luego ocurre lo que ocurre.