Buenas, soy Emilio Calatayud. Enhorabuena a todas las personas que se han manifestado en Madrid para defender la viabilidad de la España que vive en los pueblos. Yo soy de pueblo. Nací en Ciudad Real que, por su número de habitantes, siempre ha sido un pueblo grande, veraneaba y veraneo en Ruidera, me estrené como juez en Güímar (Tenerife) y, cuando llegué a Granada, nos instalamos en el Albaicín, que es un pueblo dentro de una ciudad. Y aquí seguimos. Como el pijo rural que fui cuando llegué a Madrid para estudiar Derecho, reivindico a la gente del campo. Son supervivientes. Queremos modernizarlos a la fuerza y lo que estamos consiguiendo es sumirlos en el atraso: no hay niños, no hay médicos suficientes, el transporte público también es deficiente y los abuelos no pueden actualizar su libreta de papel porque las oficinas bancarias han volado de los pueblos. Y la solución es que lo hagan por el Internet. Con tantos adelantos, les obligamos a ir p’atrás.
Pero con motivo de la manifestación, los políticos han dicho que son de pueblo, lo cual está muy bien, aunque lo digan en campaña. Lo importante es que ese espíritu dure a partir de las elecciones del próximo día 28. Veremos.