Felicidades, papás (y también, claro está, a las Josefas, Josés, Pepes, Pepas…). Lo único que se me ocurre es desear que cuando lleguemos al final del camino podamos decir como mínimo: Hicimos lo que pudimos. Ya sabemos que lo importante es participar y que la perfección paterna no existe.
En un comentario anterior, ya dije que yo todavía no sé si he sido y soy un buen padre. Cuando el tiempo me gané la batalla, me conformo con poder decir: Hice lo que pude.