Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuenta Carlos en el periódico IDEAL que en Granada se está extendiendo la malísima costumbre de regalar cachimbas (pipas de agua) a los niños. Incluso se ha convertido en otro obsequio ‘estrella’ para las comuniones. Después de los móviles, o además de los móviles, las cachimbas. Así, mientras pasean por Internet, los niños dan unas caladitas a las pipas. Se nos sigue yendo la pinza. Y cada vez más.
El problema obligó a un centro de salud a lanzar una alerta sanitaria: un aviso ante un potencial riesgo para la salud de la población o de trascendencia social que requiera intervención urgente. Y ahora ha sido el Defensor de la Ciudadanía de Granada el que ha puesto en el grito en el cielo.
Consumir una cachimba induce al tabaquismo y las adicciones, y, además, cualquiera sabe qué meten en ella. Y hay niños de ocho o nueve años que las usan. Son un peligro para los menores. De hecho, su venta está prohibida a los que tienen menos de 18, pero se las regalan los padres.
Carlos titulaba la noticia: «Cachimbas, un regalo envenenado». Y lleva razón.
Aquí está el enlace:
https://www.ideal.es/granada/cachimbas-regalo-envenenado-20190316230008-ntvo.html