Buenas, soy Emilio Calatayud. Hablábamos en el último comentario de los pueblos. Mi primer destino, corría el año 1980, fue en el municipio canario de Güímar. Resulta que fui a trabajar y me encontré con que había una plaza de aparcamiento reservada para el juez, o sea, yo. ‘Mira qué bien’, me dije. Pero cuando fui a estacionar mi flamante coche de segunda mano, un guardia me dijo: «Aquí no puede aparcar, esta plaza es para el juez». Y yo le dije: «Es que yo soy el juez». No me creyó, debía de tener cara de niño con mis 21 años: «Venga, circule»., me ordenó. Y no aparqué. Creo que ya lo he contado más de una vez, pero da igual: por cosas así me gustan los pueblos, ja, ja, ja.