Buenas, soy Emilio Calatayud, una madre que lee el blog nos comenta que tiene dicho en el cole que no quiere que su hijo de seis años salga en las fotos y grabaciones que se hagan en el recinto escolar con motivo de cualquier celebración. No lo hace por fastidiar: es consciente de que, inevitablemente, esas imágenes acaban siempre en las redes sociales y ella, legítimamente, no quiere que su niño esté ahí. ¿Qué pasa? Pues que su hijo se ha convertido en el raro de la clase. Para evitar esa especie de exclusión ella ha pedido que se hagan fotos y grabaciones en las que aparezcan todos los niños, incluido el suyo, pero con la garantía de que no irán a las redes sociales. Y luego que se tomen otras imágenes sin limitaciones. A esto hemos llegado, o aislamiento o vulneración de la privacidad. No tengo una solución, la verdad. Lo que plantea la madre parece razonable, pero de difícil ejecución… Lo único que sé es que no deberíamos haber llegado a este punto.