Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuando ocurre un suceso terrible, la única esperanza que queda es es que no se vuelva a repetir. Pero desgraciadamente, no es así. Un niño de solo cinco años, que estaba perdido en un monte de Tenerife, avisó a las personas que lo encontraron de que su padre había matado a su madre y su hermano de diez años en una cueva. ¡Cuánto dolor para una criatura tan pequeña!
Deseamos con todas nuestras fuerzas que las personas que están atendiendo a este niño consigan devolverle algo de paz. Tenemos, y hablo por experiencia propia, unos equipos de profesionales (psicólogos, trabajadores sociales, educadores…) que, además de sus conocimientos, ponen mucho amor en lo que hacen. Es el consuelo que nos queda…