Buenas, soy Emilio Calatayud. En primer lugar, queremos dar nuestro pésame a la familia de Verónica, la joven que se quitó la vida después de que se difundiera un vídeo que afectaba a su intimidad. Descanse en paz. Compartir un vídeo de estas características es un delito y puede tener consecuencias irreparables. Los que trabajamos con menores nos esforzamos a diario para que los niños y los adolescentes lo entiendan, pero parece que hay adultos que tampoco acaban de comprenderlo. Ahí está el dramático caso de Verónica. Aviso para niños y adultos: los móviles no son un juguete y pueden causar muchísimo daño. A las pruebas me remito.
Aquí en Granada también se ha sabido que chavales de un instituto ‘ jugaban’ a estrangular a compañeros. Y, como siempre, lo han grabado y difundido por Internet para que los que no sepan cómo se hace esa barbaridad, pues aprendan. Estamos llegando a unos extremos muy preocupantes: los menores y los adultos.
Lo único que nos queda es esperar que sucesos tan tristes como la muerte de Verónica sirvan para que no se repitan nunca más.