De niño, batí el récord de sus suspensos en mi cole y acabé siendo juez: la vida da muchas vueltas

 

Foto: Juan de Dios Ortiz

Buenas, soy Emilio Calatayud. Este fin de semana tuve una conferencia en Colmenar Viejo (gracias a todos los que asistieron por su cariño y su paciencia), que fue el sitio donde hice el servicio militar obligatorio. ¿Quién le iba a decir al recluta Calatayud, o sea, yo, que iba a regresar a Colmenar para dar una conferencia. Son las vueltas que da la vida.

Además de alguna buena marca en natación, creo que el único récord que tengo lo logré siendo niño en el cole: fui el alumno que más suspensos tuve en un curso, un total de ocho. Y acabé siendo juez. Son las vueltas que da la vida.

¿Qué quiero decir con esto? Pues que ahora que estamos en época de exámenes nos tomemos las cosas con una cierta tranquilidad y no metamos más presión de la necesaria a los hijos. Al final, la vida da vueltas y nos coloca en sitios que nunca sospecharíamos. Que se lo digan a mis padres. Y, lo que digo siempre, no todos tienen que ser ingenieros informáticos.

 

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