Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Recientemente su señoría impuso una condena muy dura, ocho años de encierro en un correccional, a un chaval que había cometido una larga serie de robos. Para que os hagáis una idea, el equivalente a esa condena en un adulto serían unos 20 años de cárcel.
Pues bien, después del juicio, la madre del muchacho quiso hablar con el juez. Don Emilio debió pensar que se iba a quejar por la dureza del castigo. Pero fue todo lo contrario: «No se jubile usted nunca», le soltó la mujer. Ver para creer.