Buenas, soy Emilio Calatayud. Lo siento por los padres que han comprado a sus hijos un teléfono Huawei como regalo de comunión. Lo digo en serio. Pero también me alegro por los niños, porque creo que es demasiado pronto para que tengan un teléfono con conexión a Internet. Porque luego pasa lo que pasa, ahí está lo que ha ocurrido en Asturias, que andan circulando de colegio en colegio fotografías eróticas de alumnas menores de edad. ¿Quién repara ese daño?
Por lo demás, esto de Huawei demuestra que el mundo está en manos de diez o quince empresas que hacen con nosotros lo que quieren. Tenemos que volver al teléfono de Gila, que nunca fallaba.