Buenas, soy Emilio Calatayud. Leo esta noticia y alucino: «La adicción a los videojuegos ha pasado a ser oficialmente una enfermedad para la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que comportará nuevos programas de prevención y de tratamiento en el mundo». Eso ha ocurrido este año, en 2019: así que me he ‘pegao’ 10 años condenando a niños a curarse de algo que no existía. Menos mal que llevábamos razón, porque si no nos podrían demandar.
Un par de cosas más: aunque la adicción a los videojuegost ya es una enfermedad, la declaración no entrará en vigor hasta 2021 (tampoco hay que ‘correr’), y los fabricantes de estos productos están mosqueados porque temen que se les acabe el negocio. Lo del interés superior del menor les da lo mismo. Así nos va.