Buenas, soy Emilio Calatayud. Las madres de hoy ya no pegan tantas voces como las que daban las madres preconstitucionales. Cada vez somos más europeos, pero del norte de Europa, que son más contenidos (salvo cuando vienen a España) que nosotros, los italianos o los griegos. Pero de cuando en cuando, hay mamás que se despojan de su europeísmo, por ejemplo, en la playa, y expresan su amor de madre a lo bruto, sin pulir: «¡Niña, como te ahogues, te mato!» Y te tienes que reír, claro.
Luego está el legendario «Si el castigo me va a doler más a mi que a a ti», que igual era verdad, oiga, pero costaba creerlo. Eran otros tiempos, con sus cosas malas y sus cosas buenas.