Buenas, soy Emilio Calatayud. Los fiscales y jueces de Menores, además de negociar con nuestros hijos (el que los tenga), también ‘negociamos’ con los acusados, a los que yo llamo cariñosamente ‘mis choricillos’. El planteamiento de la ‘negociación por lo criminal’ es similar al de la ‘negociación por lo civil’. Un ejemplo real. A principios del pasado curso, una chaval al que teníamos encerrado vino al juzgado y nos dijo: «Si apruebo el Bachiller, ¿me dais la libertad vigilada?». Aceptamos. Hace unos días, pidió comparecer de nuevo: «He aprobado el Bachiller y vengo a que cumpláis vuestra parte del acuerdo». Respuesta: «Vale, quedas en libertad vigilada, pero tienes que aprobar la Selectividad, si no, te encerramos de nuevo». Aceptó, claro.
A ver hasta dónde llegamos.