Buenas, soy Emilio Calatayud. El anteproyecto de ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y a la Adolescencia Frente a la Violencia, que ya tiene ultimado el Gobierno, pero que no pudo aprobar porque se echaron encimas las elecciones, establece, entre otras cosas, que hay que acabar con los castigos a los niños, En concreto, dice que hay que «adoptar programas dirigidos a suprimir cualquier tipo de castigo como método de aprendizaje y conducta» y aboga por promocionar la «disciplina positiva». ¿Querrá esto decir que los padres no podrán quitar la paga a los hijos menores a su cargo si estos se portan mal? ¿Y podrán prohibirles que salgan de juerga o se considerará una medida represiva?
A veces tengo la impresión que hay quien entiende que la palabra castigo significa torturar o azotar a un niño. Y evidentemente no es así. Los padres son una autoridad para los hijos y tienen que tener la potestad, como cualquier otra autoridad, de castigar a los hijos para que comprendan que sus acciones tienen consecuencias. Así funciona la sociedad. ¿Funcionaría una sociedad en las que las fuerzas de seguridad no tuvieran capacidad de sancionar y reprimir?
No sé si este anteproyecto de ley saldrá adelante, pero deberían darle una vuelta, porque, tal y como está redactado, va a generar más problemas que los que solucione.
Por cierto, ¿qué es la disciplina positiva?