Buenas, soy Emilio Calatayud. Después del ‘balconing’ de Ibiza (ya sabéis, la moda esa de descalabrarse al saltar de un balcón hacia la piscina), en ‘Graná’, y más concretamente en mi querido barrio del Albaicín, se ha inventado el ‘tejading’, que consiste en celebrar un botellón en el tejado de una casa. Mola. Te subes con los colegas a lo alto de la vivienda y te bebes hasta el agua de los floreros. Precioso, sobre todo si se tiene en cuenta que el Albaicín está en la lista del Patrimonio Mundial, o sea, que, por su riqueza cultural e histórica y por su belleza, es patrimonio de la Humanidad.

El ‘tejading’, al igual que el ‘balconing’, es practicado por los turistas, que se ve que se aburren y les da por hacer el burro.

Otra de las ventajas del ‘tejading’ es que, al salir al aire libre, puedes inspirar las partículas de marihuana que impregnan todo el Albaicín y aumentar el colocón. Se nos va la pinza. ¡Y de qué manera!