Buenas, soy Emilio Calatayud. Leo que, en las últimas semanas, varias piscinas públicas de la comunidad valenciana han tenido que cerrar sus puertas porque a algunos usuarios les ha parecido gracioso hacer caca en el agua. Dicen que es un reto viral. Y yo digo que no hay nada más viral que la mala educación y la estupidez.
Me dice una amiga que si ella fuera jueza condenaría a los responsables, además de a pagar los daños, a limpiar váteres durante unos meses. «Y metiendo la manita en la taza, que es algo que la mayoría de los adolescentes no han hecho en su vida». Le compro el argumento y la condena. Ningún menor debería llegar a la edad adulta sin haber limpiado un retrete, «metiendo la manita en la taza», que es como queda bien.
Seguro que así aprendían a no cagarla.