Buenas, soy Emilio Calatayud. Leo el caso de un ‘ni estudio ni trabajo porque no me da la gana’, nini para abreviar, que tuvo el detallazo de irse de casa de sus padres me imagino que para vivir de los sablazos que pegaba a los incautos. El caso es que al cumplir los 24 años le entraron ganas de retomar la estudios y demandó a sus padres, con los que no mantenía ninguna relación, para que le pasaran una pensión. La Audiencia de Barcelona, con buen criterio, le ha dicho que de eso nada, que él se fue de casa y a lo hecho, pecho, que hay que asumir las responsabilidades.
El caso es que este personaje llegó a gastar el dinero de una beca que le concedieron en hacerse un tatuaje. ¡Se nos va la pinza! Por cierto, supongo que le habrán pedido que devuelva la ayuda.