Buenas, soy Emilio Calatayud. Nos hemos propuesto volver locos a nuestros niños y lo vamos a conseguir. Los editores de los libros de texto se han quejado de las presiones de las autonomías para que los manuales de los escolares lleven los contenidos que los políticos autonómicos quieren. El resultado es que, según en qué parte de España se estudie, los Reyes Católicos existieron o no. Hay otras autonomías que no ven necesario aprender los ríos, con lo cual esos niños no sabrán qué es el Guadiana… y así hasta el infinito. Que el niño se va de Cataluña a Cantabria, pues a empezar de cero. Así nos va.
Total, que en España hay más de 33.000 libros de texto diferentes para adecuarse a las exigencias de cada comunidad en idiomas o contenidos. ¡33.000! Ya digo, esto es de locos, una vergüenza y un atentado contra el sentido común.
El mejor ejemplo del absurdo al que hemos llegado es el de la autonomía que rechazó un libro de Formación Profesional de automoción porque las cajas de cambio no se adaptaban «a la realidad autonómica». No sabía yo que las cajas de cambio de los coches eran diferentes en Andalucía o en Galicia.
Así nos va.
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