Buenas, soy Emilio Calatayud. Todos los años nos encontramos con niñas que, además de haber cometido un delito, están embarazadas y quieren ser madres. En esos casos, a la justicia de Menores le toca hacer de comadrona. Lo cuento porque es una labor, creo, bastante desconocida. En estos supuestos, lo que hacemos es dictar medidas de libertad vigilada o de internamiento, dependiendo e los casos, que se prolongan, como mínimo, durante nueve meses. Durante ese tiempo, están sometidas a un constante seguimiento médico y también aprenden a ser mamás. Todo los años tenemos diez o quince casos de este tipo. Es dramático, porque con quince años una niña lo que tiene que estar haciendo en formándose y jugar, pero, al final, también es bonito. Sobre todo, cuando traen a las criaturas al juzgado para que las conozcamos.
Ponemos todo de nuestra parte para que salgan adelante y nos consta que la gran mayoría lo consigue. La justicia de Menores es muy agradecida.