Buenas, soy Emilio Calatayud. La construcción europea ha cuidado siempre a los jóvenes. Una sabia decisión, porque ellos son el futuro. En este sentido, ha facilitado, sobre todo, la movilidad de los chicos entre los distintos países. Ahí está el exitoso programa Erasmus, pero también la moneda única, la libre circulación de personas por la Unión… Me consta que los jóvenes españoles y, por ende, los catalanes, han aprovechado esas oportunidades de conocer mundo sin trabas y quieren seguir haciéndolo. Por eso me extraña ver a universitarios independentistas reclamando fronteras donde nunca las hubo. Tienen que tener claro que si se ponen fronteras se acabó el Erasmus, o sea, Europa. Hay que elegir. Quizá ese es el problema, que hay jóvenes que crecen queriendo tenerlo ‘to’ y eso no puede ser.
No se puede ser europeo por la mañana e independentista por la tarde-noche.