Buenas, soy Emilio Calatayud. Hoy hace 39 años que tomé posesión del cargo de juez en Güímar, Tenerife. Me presenté en el juzgado a las diez de la mañana, las once en la Península. Vale, no madrugué. Un guardia no me dejó aparcar en la zona reservada para los jueces porque no se creía que aquel niñato, o sea, yo, fuera juez.
Pues ya han pasado ¡39 años!, que se dice pronto. Yo, que fui oveja negra, cumplo 39 años de juez, si yo pude, vosotros podéis, chavales. Pero hay que esforzarse, tener disciplina, respetar a la autoridad y, sobre todo, querer y respetar a vuestros padres y maestros. Os lo dice una oveja negra.
Tengo una sensación agridulce: han sido 39 años profesionalmente felices, pero, por otro lado, ya han pasado 39 años. Ya es imposible que sea juez durante 39 años más. ¡Qué rápido pasa la vida! ¡Pero qué bonito es este trabajo! Vaya lo uno por lo otro.