Buenas, soy Emilio Calatayud. Estoy bien. Me dio un síncope en el AVE de Granada a Madrid, pero yo no me enteré porque me dio un síncope. Y me llevaron al hospital de Puente Genil para hacerme un chequeo. Todo salió bien. Gracias, muchas gracias a todo el personal del hospital de Puente Genil por su amabilidad y buen hacer. Y gracias también a las personas que me atendieron en el AVE. Y, por supuesto, a todos los que os habéis preocupado por mi salud. Me he sentido muy querido.
Me hubiera quedado más tiempo en Puente Genil, pero tenía una cita muy especial en Numancia de la Sagra, provincia de Toledo. Iba a conocer a los niños que estudian en el Colegio Público Emilio Calatayud y no podía faltar. Pido disculpas por haberme emocionado tanto. A veces no se me entendía nada de lo que decía. Era por la emoción, no por el síncope. Repito e insisto, y así se lo he dicho a la comunidad educativa de Numancia de la Sagra, que era el premio más importante que me han dado en mi vida. ¡Quién me iba a decir a mí que le iban a poner mi nombre a un ‘cole’! Yo fui un mal estudiante y mirad dónde he llegado: le han puesto mi nombre a un colegio. ¡Qué honor más grande!
Gracias por una noche de hospital y un día de escuela inolvidables. Me he sentido muy querido.