Buenas, soy Emilio Calatayud. En unas ocasiones te lo dicen claramente y en otras lo dan entender, pero muchas veces son los propios ‘choricillos’ los que nos piden a los jueces y fiscales de Menores que les pongamos límites. Muchas veces delinquen para llamar la atención, para que los quieran y saben que no hay amor verdadero si no te ponen límites. Están perdidos.
Pero los jueces y fiscales de Menores no somos sus padres ni sus madres, aunque muchas veces tengamos que hacer de padres y madres.