Buenas, soy Emilio Calatayud. Hoy ha sido un día muy especial en los juzgados y la fiscalía de Menores de Granada. Como cada año, han venido a visitarnos algunos de los chavales que tenemos encerrados en el centro Tierras de Oria, en Almería, y sus educadores. Siempre es una jornada entrañable y tiene un efecto terapéutico para los niños…, pero también para nosotros, para los que trabajamos en la justicia de Menores. Vemos que nuestro trabajo sirve y tiene resultados. Siempre hay villancicos, regalos, reencuentros y anécdotas… Hoy, por ejemplo, me he encontrado con un chico que estaba llorando. Iba acompañado de sus padres y me ha dicho que lloraba porque ya había cumplido su pena y echaba de menos a sus colegas de encierro. Yo le he dado una solución extravagante: «Insúltame, llámame ‘joputa’ o algo de eso y te encierro de nuevo». Por un momento, he creído que el chico iba a decir que aceptaba, pero su madre ha estado más rápida: «Déjelo, don Emilio».
Estas cosas me emocionan y me hacen reír.
Con la colocación del Belén en los juzgados por parte de los niños que tenemos encerrados en San Miguel, en Granada, y la visita de los chavales de Tierras de Oria, damos por inaugurada la Navidad.