Buenas, soy Emilio Calatayud. Ha fallecido Patricio, mi Patri, un policía nacional granadino pionero en España en especializarse y dedicarse a los menores. No era un ángel de la guarda, que también; fue, sobre todo, un obrero de la gloria. Alto, muy alto, y con un vozarrón de trueno, los choricillos, nuestros choricillos, se ponían firmes en cuanto lo veían aparecer. Pero Patri era un trozo de pan, una buena persona que sabía cómo tratar a los niños.
Recuerdo el día que salvó la vida a un chaval que quiso escaparse por la ventana del antiguo juzgado de Menores de Granada pensando que el suelo estaba cerca, pero estaba muy lejos. Patricio lo cogió por un brazo cuando ya caía al vacío y logró subirlo.
Yo aprendí mucho de Patricio y de sus compañeros, los hermanos Pazzeti y el jefe, Alberto. Ellos llegaron a Menores antes que yo. Ellos y otros como ellos fueron básicos para que la justicia de Menores de España sea hoy lo que es, para mí, la mejor del mundo. Descanse en paz ‘mi patri’, descanse en paz un obrero de la gloria.