Buenas, soy Emilio Calatayud. Sé que lo que voy a escribir es más fácil de decir que de llevar a la práctica. Ojalá nunca os veáis en una situación así. Si hacéis lo que podéis y vuestro hijo sigue dando problemas cuando es adulto, que no os salpique. Es su libertad, pero también la vuestra. Tratadlo con cariño y con respeto siempre, pero procurad que no os salpique. Si elige los problemas, es su libertad, pero debe saber que su libertad acaba donde empieza la de sus padres y la de los demás. Y, más pronto que tarde, aprenderá que los actos tienen consecuencias.