Buenas, soy Emilio Calatayud. El otro día conocí a un niño africano de las pateras que solo llevaba cuatro meses en España y ya hablaba y entendía el español. Tenía quince años. Su acento no era perfecto, pero seguro que dentro de otros cuatro meses hablará nuestra lengua con acento ‘granaíno’. Y domina más idiomas. Y no es un caso excepcional: estos chiquillos suelen ser políglotas y no se cansan de aprender.
Aunque las comparaciones suelen ser odiosas, voy a comparar: hay políticos que solo hablan una lengua y no muy bien. Ahí lo dejo.